- Casi dos de cada tres ciudadanos (63,4%) se muestran partidarios de la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados, frente a algo menos de uno de cada cuatro (23,2%) que se pronuncian en contra.
- El 41,3% de los ciudadanos consideran bajo o muy bajo el nivel de cumplimiento de la normativa actual que limita el consumo de tabaco, el 33,8% lo califica como medio y el 21,3% como alto o muy alto.
- Se equiparan los porcentajes de fumadores y fumadoras entre los más jóvenes.
La mayoría de los ciudadanos se declaran partidarios de la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados.
Representan algo menos de dos de cada tres ciudadanos (63,4%) quienes se manifiestan a favor de la prohibición en lugares públicos cerrados, mientras que suponen algo menos de uno de cada cuatro (23,2%) los que se pronuncian en contra. El resto de informantes no se manifiesta en ninguno de los dos sentidos.
Son significativas las diferencias de posicionamiento frente a la normativa atendiendo al hábito de fumar, siendo la resistencia a la prohibición claramente superior entre los fumadores.
El porcentaje de quienes se declaran a favor de que se prohiba fumar en lugares públicos cerrados es significativamente superior entre quienes nunca han fumado (66,4%) o lo han dejado (72,5%) con respecto al que se registra entre los fumadores actuales (50,6%). Por el contrario, en este colectivo es significativamente superior el porcentaje de quienes están en contra de la prohibición hasta situarse en el 36,3%.
No se observan diferencias significativas de posicionamiento de los informantes en función de variables como el sexo o la edad, pero sí se dan atendiendo a las vinculadas al estatus social. En este sentido hay que señalar que la aceptación de la prohibición se incrementa de forma significativa a medida que se eleva el nivel de estudios y de ingresos de los entrevistados.
Mientras que entre quienes tienen estudios primarios o un nivel inferior de instrucción representan un 58,4% los que se muestran partidarios de la prohibición y un 28,7% los que se declaran en contra; entre quienes tienen estudios universitarios la proporción de quienes se muestran a favor se sitúa en el 74,1% y la de quienes se pronuncian en contra se queda en el 12,3%.
La tendencia es similar atendiendo al nivel de ingresos. El porcentaje de quienes se declaran a favor de la prohibición se sitúa en el 59,3% entre quienes tienen ingresos de hasta 1.000 euros y se eleva a medida que se incrementan éstos hasta situarse en el 72,8% entre los que superan los 2.000 euros. En dirección contraria el porcentaje de quienes se manifiestan en contra de la prohibición se queda en el 14,4% entre los integrantes de este segundo colectivo y es significativamente superior entre los que declaran tener ingresos de hasta 1.000 euros (27,5%).
Se trata de una norma, por otra parte, que parece rebasar el ámbito sanitario y tener relevancia incluso desde el punto de vista político-ideológico, si tenemos en cuenta el diferente grado de rechazo que obtiene en función de la orientación política de los informantes. En este sentido hay que señalar que el grado de aceptación entre los votantes del PSOE (71,1%) es significativamente superior al que se observa entre los del PP (58,4%).
Con el propósito de contextualizar el posicionamiento de los ciudadanos con respecto a una posible futura norma que restrinja la posibilidad de fumar en lugares públicos, se ha tratado también en la encuesta de Simple Lógica de conocer la percepción existente a propósito del cumplimiento de la normativa actual.
Cuatro de cada diez entrevistados señalan que el nivel de cumplimiento de la actual normativa antitabaco es bajo (25,8%) o muy bajo (15,5%), frente a dos de cada diez que suponen los que lo califican de alto (16,0%) o muy alto (5,3%). Una tercera parte de los informantes lo califican como medio (33,8%).
Tampoco deja de ser relevante en este punto prestar atención a la distribución de la población en relación al hábito de fumar.
Representan algo menos de la mitad de la población el colectivo de quienes declaran que nunca han fumado (45,4%), mientras uno de cada cuatro (25,8%) declaran que han sido fumadores y un porcentaje algo superior que lo son en la actualidad.
Las pautas de comportamiento, no obstante, sí son claramente diferentes en función del sexo y la edad de los informantes. El porcentaje de quienes declaran que nunca han fumado es significativamente superior entre las mujeres (54,2%) con respecto al que se registra entre los hombres (36,2%), mientras que el de ex-fumadores es significativamente superior entre los hombres (33,3%) con respecto al que se registra entre las mujeres (18,5%). Son menores y no significativas las diferencias entre los porcentajes de fumadoras (27,3%) y fumadores (30,5%).
Atendiendo a la edad, se observa que la proporción de quienes nunca han fumado es significativamente superior entre quienes tienen 65 años o más años (55,9%), mientras que el de ex-fumadores es también significativamente superior entre los mayores de 55 años ( = 33,4%) y el de fumadores entre los que tienen entre 18 y 44 años ( = 36,8%).
Si tomamos en consideración simultáneamente las dos variables, sexo y edad, se observa con claridad cómo se ha incrementado el tabaquismo entre las mujeres hasta situarse al nivel que se registra entre los hombres e incluso superarlo entre los colectivos más jóvenes.
El incremento del tabaquismo entre las mujeres es claro si tenemos en cuenta que mientras entre las mayores de 65 años el conjunto de ex-fumadoras y fumadoras actuales representa un 20,4% mientras que entre las que tienen entre 18 y 24 años ese porcentaje se sitúa en el 43,4%.
La evolución es claramente diferente a la que se registra entre los hombres. Entre éstos mientras que en el colectivo de quienes tienen 65 y más años los que fuman o han fumado representan un 73,9%, entre los que tienen de 18 a 24 años representan un 44,6%. Éste porcentaje es prácticamente el mismo que se registra entre las mujeres de este mismo grupo de edad, las más jóvenes, aunque es claramente distinta la composición interna: en el de hombres los ex-fumadores representan un 10,1% y los que declaran ser fumadores en la actualidad un 34,5%, mientras que en el de mujeres el porcentaje de fumadoras actuales es seis puntos superior y se sitúa en el 40,7%, en tanto que el de ex-fumadoras es seis puntos inferior y se queda en el 3,7%.