- El PP se mantiene como el partido con mayor respaldo electoral en la estimación de intención de voto (26,2%), seguido del PSOE (23,1%), Ciudadanos (18,4%) y Podemos (14,9%). IU conservaría un 5,4% y el apoyo para UPyD quedaría reducido a un testimonial 0,5%.
- D. Albert Rivera se sitúa como el líder con mayor porcentaje de aprobación (41,3%), seguido de D. Pedro Sánchez (26,8%), D. Pablo Iglesias (26,7%), D. Alberto Garzón (24,1%), D. Mariano Rajoy (20,7%) y Dª Rosa Díez (15,8%).
El Partido Popular se mantiene como el partido con mayor respaldo electoral según el último sondeo del servicio de Índices de Opinión Pública (IOP) de Simple Lógica, realizado en los primeros días del mes de julio. A continuación se sitúan el PSOE y a cierta distancia Ciudadanos y Podemos.
Efectivamente, el PP es el partido con mayor respaldo electoral según los resultados de la estimación de voto producida a partir de los datos de encuesta, experimentando un incremento de más de dos puntos en el porcentaje de voto, con respecto al mes de junio, hasta situarse en el 26,2%. También ven incrementado con respecto a hace un mes su respaldo electoral el PSOE, en más de tres puntos, y Ciudadanos, en uno, situándose respectivamente en el 23,1% y 18,4%.
La tendencia señalada para los tres partidos anteriormente citados no se mantiene en el caso de Podemos. A propósito de esta formación se observa un fuerte descenso de sus expectativas electorales con respecto a las que se registraban hace un mes, situándose ahora el porcentaje estimado de intención de voto en el 14,9%, más de ocho puntos por debajo del porcentaje que obtenía un mes antes.
La evolución de la estimación de intención de voto para las otras dos fuerzas de ámbito estatal es dispar. Mientras en el caso de IU se aprecia un ligero incremento de algo más de un punto con respecto a hace un mes, situándose en el 5,4%, en el caso de UPyD no se detiene la trayectoria descendente de su respaldo electoral, haciendo que se quede este mes en un testimonial 0,5%.
Es preciso, no obstante, tener en cuenta que se trata de una situación que en modo alguno puede considerarse consolidada, como tampoco lo es la tendencia que indican las variaciones señaladas con respecto al mes anterior. Antes bien, si se observa la evolución de los últimos meses, está claro que el sentido de la variación registrada un mes puede ser el contrario del de la del mes anterior o del siguiente. Es la expresión de la extraordinaria volatilidad que se observa en las expectativas electorales o, al menos en las estimaciones que tratan de cuantificarlas.
Por eso, es posible que resulte aconsejable abrir el plano y ampliar la serie de datos a tener en consideración para obtener una visión más ponderada del panorama electoral en España.
En ese sentido, el primer hecho que salta a la vista es el descenso en el conjunto de la legislatura para los dos partidos que hasta ahora han sido mayoritarios, siendo ese descenso especialmente acusado en el caso del PP.
Si reducimos el marco temporal al período del ciclo electoral que arranca en las Elecciones Europeas del pasado año y que culminará en las Generales que deberán tener lugar en la última parte de éste, un primer hecho reseñable es la irrupción de Podemos. Coincidiendo con esa irrupción se observa un severo descenso de los apoyos electorales en las estimaciones para el PSOE, pero también para IU y UPyD del que las dos formaciones no se han recuperado y en el caso de la segunda parece haber llevado a una posición meramente testimonial.
Un segundo momento de interés en este ciclo electoral se registra a finales de 2014, donde se observa un drástico descenso de los apoyos para el PP y para el PSOE, que en los meses precedentes había experimentado una moderada recuperación. A la vez que se producen esos descensos se observa una clara recuperación de las expectativas electorales para Podemos, que habían descendido en los meses previos. Vincular esos movimientos de finales de 2014 con la aparición en los medios de comunicación de la operación Púnica y el caso de las tarjetas “black” de Bankia puede considerarse una hipótesis plausible cuando menos.
En el inicio de 2015 el fenómeno más relevante lo constituye posiblemente el ascenso de Ciudadanos, que incluso podría haber perdido algo de fuerza, y la situación de empate que se registra inmediatamente antes de la celebración de las Elecciones Municipales y de las Autonómicas en la mayor parte de las Comunidades.
Dentro de las estimaciones también tiene interés prestar atención a las previsiones de participación. A este propósito, hay que señalar que la estimación ahora realizada supone que representarían más de siete de cada diez los ciudadanos dispuestos a votar. Este dato pone de manifiesto la consolidación de la tendencia de recuperación de la participación que resulta clara si tenemos en cuenta que hace dos años representaban menos de la mitad de los ciudadanos los que se estimaban que acudirían a votar en el supuesto de Elecciones Generales.
Las variaciones que se han señalado en las expectativas electorales de las distintas formaciones se comprenden mejor prestando atención a las transferencias de voto que se analizan a continuación.
A propósito del PP, hay que señalar que la mejoría en las expectativas electorales que muestra la estimación de intención de voto está especialmente relacionada con la recuperación de la tasa de fidelidad de voto. El porcentaje de quienes, habiendo votado a este partido en las Elecciones Generales de 2011, declaran que volvería a votarle ahora se sitúa en el 51,8%, porcentaje que puede considerarse modesto para un partido político considerado y con vocación de mayoritario, pero que es superior en más de siete puntos al que se registraba el mes pasado.
Por lo que se refiere a las pérdidas de apoyos, hay que señalar que la más importante es la que se produce hacia ciudadanos, que recibiría el 23,1% de los votantes que en las últimas Elecciones Generales dieron su voto al Partido Popular. Ese porcentaje experimenta un incremento de más de siete puntos con respecto al mes anterior y en buena medida se compensa con el descenso de más de cinco puntos en el porcentaje de votantes populares que declaran su intención de votar a Podemos y que ahora se sitúa en el 2,1%.
Otra pérdida relevante de voto es la que se produce hacia la abstención, el voto en blanco o nulo (7,5%) y es minoritario el porcentaje de los que se decantan ahora por votar al PSOE (2,3%). Ese porcentaje no obstante, supone que los socialistas no llegan en ningún caso a recuperar ni siquiera una parte significativa del voto que cedieron al PP en la anterior convocatoria de Elecciones Generales. Es relevante también el porcentaje de quienes no llegan a manifestar su comportamiento electoral (9,5%).
En el apartado de la recepción de voto de otros colectivos electorales, hay que señalar que en el caso del PP es muy reducida. Apenas puede señalarse que recibiría el 1,3% de los votantes del PSOE en 2011, el 9,4% de los de UPyD, el 3,6% de quienes se abstuvieron, o votaron en blanco o nulo y el 8,4% de los nuevos votantes.
En el caso del PSOE, la mejoría con respecto al mes anterior parece directamente relacionada con el notable incremento de su tasa de fidelidad de voto. Representan más de seis de cada diez (64,2%) los votantes socialistas en las Elecciones Generales de 2011 que ahora volverían a votar a este partido, siendo ese porcentaje más de dieciocho puntos superior al que se registraba el pasado mes de junio (45,6%). Ese incremento de la tasa de fidelidad tiene su correlato en el descenso del porcentaje de pérdida de voto hacia Podemos y Ciudadanos. Por lo que se refiere a Podemos, se observa que mientras en el pasado mes de junio representaban un 23,4% lo votantes socialistas de 2011 que declaraban su intención de votar a la formación liderada por Pablo Iglesias, un mes después ese porcentaje se ha reducido al 12,3%. En el caso de Ciudadanos la tendencia es similar, ya que ahora representan un 3,3% los votantes socialistas de 2011 que se inclinarían por esta formación, mientras que hace un mes ese porcentaje era del 7,5%. Otras pérdidas de menor entidad son las señaladas hacia el PP o las que se registran hacia IU, que recibiría el apoyo del 2,9% de los votantes socialistas de las anteriores Elecciones Generales.
En el caso del PSOE es de reseñar cómo el porcentaje de antiguos votantes que ahora se muestran dispuestos a abstenerse o votar en blanco o nulo (2,3%) es notablemente inferior al que se registraba en el caso del PP, a la vez que es muy similar el porcentaje de quienes no llegan a declarar cuál sería su comportamiento electoral (9,0%).
En cuanto a la recepción de transferencias por parte del PSOE, además de la ya señalada proveniente del PP, las más relevantes son la que recibe de nuevos votantes, 12,7% de este colectivo y la del 4,8% de los abstencionistas y quienes votaron en blanco o nulo en 2011.
En el caso de IU la pérdida de antiguos votantes es notable, ya que no llegan a representar cuatro de cada diez (39,4%) los que volverían a votar a esta formación. La perdida más importante de apoyos se produce en beneficio de Podemos, que recibiría casi tres de cada diez votos (29,0%) de los antiguos votantes de IU. Otra pérdida relevante de votantes de IU es la que se produce hacia la abstención y el voto en blanco o nulo (6,5%), mientras que suponen un 14,0% los votantes de esta formación en 2011 que no llegan a declarar cuál sería ahora su comportamiento.
En cuanto a UPyD, el descenso en sus expectativas está relacionado con la pérdida de apoyos para Podemos (13,6%) y Ciudadanos (36,7%) y la conservación de un porcentaje de sólo el 7,8% de quienes volverían a prestar su apoyo a esta formación.
Los índices de popularidad de los líderes de las principales formaciones políticas muestran una clara mejoría de la valoración de D. Albert Rivera y un empeoramiento de la de D. Pablo Iglesias, en tanto que son más reducidas las variaciones que se registran para los demás líderes.
El líder que obtiene un más alto nivel de aprobación de su actuación política es D. Albert Rivera que recibe la valoración favorable del 41,3% de los ciudadanos, siendo este porcentaje algo menos de cuatro puntos superior al que obtenía el pasado mes de junio (37,7%). Ese porcentaje de aprobación es significativamente superior entre los votantes en 2011 del PP (68,8%) y de UPyD (68,3%), mientras que entre los que ahora declaran su intención de votar a Ciudadanos es del 94,2%.
El segundo líder mejor valorado es D. Pedro Sánchez, que recibe la probación del 26,8% de los ciudadanos, siendo ese porcentaje apenas algo más de un punto inferior al del mes pasado (27,9%). En este caso, el porcentaje de aprobación es sólo significativamente superior entre los votantes del PSOE de 2011 (61,0%), mientras que entre los que ahora se muestran dispuestos a votar al PSOE se sitúa en el 71,9%.
El tercer líder mejor valorado es D. Pablo Iglesias con un porcentaje de aprobación del 26,7%, siendo este porcentaje algo más de ocho puntos inferior al que se registraba el mes anterior (34,9%). En este caso, el porcentaje de quienes aprueban la valoración de este líder es significativamente superior entre los votantes de IU en las pasadas Elecciones Generales (66,2%) y quienes ahora declaran su intención de votar a Podemos (88,1%).
El porcentaje de aprobación para la actuación de D. Alberto Garzón es del 24,1%, tres puntos inferior al que se registra el mes anterior (27,1%). Entre los propios votantes de IU de 2011 el porcentaje de aprobación es significativamente superior y se sitúa en el 60,8%, mientras que entre quienes ahora se declaran dispuestos a votar a esta misma formación el porcentaje de aprobación se sitúa en el 75,0%.
Para el Presidente del Gobierno D. Mariano Rajoy el porcentaje de quienes aprueban su actuación política se sitúa en el 20,7%, apenas unas décimas superior al que se registraba el mes anterior (20,2%). Ese porcentaje es significativamente superior entre quienes votaron al PP en 2011 (58,5%) y quienes ahora declaran su intención de hacerlo (87,5%).
La última posición en el ranking de valoración de los líderes políticos de las principales formaciones de ámbito estatal está ocupada por Dª Rosa Díez que recibe la aprobación del 15,8% de los votantes, siendo ese porcentaje casi cuatro puntos inferior al que obtenía en el pasado mes de junio (19,6%). En este caso el porcentaje de aprobación es significativamente superior entre los propios votantes de UPyD aunque éstos no llegan a representar la mitad del colectivo (45,0%).