- Dos de cada diez consumidores (20,0%) han presentado alguna reclamación en los últimos tres años por productos o servicios deficientes.
- Algo más de la mitad de quienes presentaron alguna reclamación (52,8%) consideran insatisfactorio el resultado obtenido.
- El 23,7% de los consumidores consideran buena o muy buena la protección que de sus derechos existe en España, el 21,9% indican que es mala o muy mala y el 48,9% la califican de regular.
Dos de cada diez consumidores manifiestan haber realizado alguna reclamación en el transcurso de los tres últimos años.
Representan un 20,0% los consumidores de 18 y más años de edad que declaran haber realizado alguna reclamación por productos que presentaran alguna deficiencia o servicios que se hubieran prestado de forma inadecuada., frente a un 79,7% que manifiestan no haber realizado ninguna.
Dentro del colectivo de quienes declaran haber realizado alguna reclamación en los últimos tres años, representan algo más de siete de cada diez (71,6%) quienes señalan que han reclamado en el último año. Sobre el conjunto de la muestra ese colectivo representa un 14,4%. Este dato ya hace pensar que la distribución de las reclamaciones no es puramente aleatoria en el tiempo y entre la población.
Efectivamente, la interposición de reclamaciones por productos o servicios deficientes parece claramente asociada a la edad y al nivel socioeconómico de los consumidores.
Las diferencias de comportamiento en cuanto a la interposición de reclamaciones entre hombres y mujeres son muy reducidas, siendo el porcentaje de quienes entre ellas declaran presentar reclamaciones (18,7%) ligeramente inferior al que se da entre ellos (21,4%)
Atendiendo a la edad, sin embargo, sí se observan diferencias relevantes. Es significativamente superior, al que se da en el conjunto de la muestra, el porcentaje de quienes declaran haber realizado alguna reclamación en los últimos tres años entre quienes tienen entre 25 y 34 años (32,2%) y a medida que se eleva la edad de los informantes dicho porcentaje desciende hasta ser cuatro veces inferior entre quienes tienen 65 años o más edad (7,8%). También es inferior el porcentaje de quienes declaran haber presentado alguna reclamación entre los más jóvenes, quienes tienen entre 18 y 24 años (17,2%).
Atendiendo al nivel de estudios, los resultados de la encuesta dejan claro que la presentación de reclamaciones está claramente asociada al nivel de instrucción de los consumidores, de forma que el porcentaje de quienes declaran haber presentado alguna reclamación entre quienes tienen estudios universitarios (31,3%) triplica al que se registra entre quienes tienen estudios primarios o inferiores (10,2%).
Se registra una tendencia similar si atendemos al nivel de ingresos de los informantes. Mientras entre quienes declaran tener ingresos de hasta 750 euros representan un 10,1% quienes han presentado alguna reclamación, a medida que se eleva ese nivel de ingresos también lo hace el porcentaje de reclamaciones, llegando a ser éste tres veces superior entre quienes manifiestan tener ingresos superiores a los 2.000 euros (31,1%).
Algo más de la mitad de quienes han presentado alguna reclamación han presentado una sola en los últimos tres años (51,6%).
La frecuencia de reclamaciones no parece excesivamente elevada, situándose en 1,8 la media de ellas que se habrían efectuado en el colectivo de quienes ha puesto alguna en los últimos tres años.
Además, el resultado de las reclamaciones no parece muy favorable. Algo más de la mitad de quienes manifiestan haber interpuesto alguna reclamación, señalan que el resultado ha sido insatisfactorio (52,8%), siendo dicho porcentaje once puntos inferior al de los que expresan una valoración favorable.
En la encuesta de Simple Lógica también se recoge una valoración general de la protección de los derechos de los consumidores en España, pudiéndose considerar esta como moderadamente positiva.
La mayor parte de los entrevistados (48,9%) califican de regular la protección de los derechos de los consumidores y entre los restantes la proporción de quienes emiten una valoración positiva (26,7%), considerándole buena o muy buena, es sólo ligeramente superior a la de quienes la consideran mala o muy mala (21,9%).
También en este punto se observa que las diferencias en la valoración están ligeramente asociadas con el nivel de instrucción y de ingresos de los informantes. En general, puede decirse que a medida que se asciende en la escala de las dos variables son menos favorables las valoraciones que se registran a propósito de la protección de los derechos de los consumidores. Así lo refleja que entre quienes tienen estudios universitarios el porcentaje de quienes consideran mala o muy mala esa protección se sitúa en el 26,0% y entre los que tienen ingresos superiores a los 2.000 euros ese porcentaje es del 25,5%.